2018 - 2020




Ha pasado tiempo desde que escribí estas leras. Las repaso y no las cambio, no las borro y ahí quedan. Yo me sorprendo y digo, eso fui -¿o sigues siendo?...



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Voy tras la cabeza de la Gorgona
caigo, barro
esparcido por el cuerpo tiende la siguiente trampa.
Corre la niña harapienta
huyendo del barro
anhelando la gracia.
Gracia
blancura y claridad.
Gracia
vuelo ligero.
El barro se seca
simulacro de piedra.
Defiende tu vida
no te rindas
no dejes que la Gorgona te descubra.
Que si te llenas de barro solo sea para despistarla.


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Ha vuelto.
Se ha engarfiado
en el centro del vacío
en el aire.
Artaud, Pizarnik, han querido hablar(?) de este líquido fatuo que recorre, que corroe, los órganos, 
las vísceras, el tuétano, sin forma,
de estas danzas macabras 
en las hebras del tejido humano.
Quitar la máscara de la figura que se desvanece en humo.
Dónde está mi fe? Camuflada detrás de los huesos.
-lo había olvidado? Estaba dormido? No podemos respirar todos al mismo tiempo.
Nos ahogamos. Se estruja el pecho.
El lugar de la danza. De lo indescifrable.


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Desenredando

El sentir
maraña, galimatías, enredadera.
Busco descifrar el sentir
dar salida a todos los pensamientos de mis órganos
les doy cuerpo, hueso y voz.
Que es esto que balbucea aquí adentro
cada de una de mis células murmura
navego en mi cuerpo, en mi adn
allí se vive, se habita.
No verlo desde afuera, sino penetrar,
estar dentro de y luego
salir.


**


No quiero explicarme.
Estoy harta de las explicaciones.
A quien acaso puede interesarle
degollar las palabras
ya que a las buenas no quieren salir.
Desarmada.
Esta noche no se han podido conciliar
todos estos rostros que me habitan.
Este no es mi mundo
soy viajera.
He tratado de hablar con mi voz humana pero se hace pequeña o metralleta.
No hay comunicación.
Parir esta existencia
me desangra.


**


Han golpeado mi armadura
y he levantado la visera.
Dejarme desnuda
quitármela es el deseo.
Pero no logro distinguirla
como reconocerla?
Es ella la que ha actuado por mi
es ella la que habla, la que canta.
Grito desde lo más profundo
no logró discernir los límites
pero oprime, aplasta y devora.


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Destinos

- Me dirijo
- ¿hacia dónde?
- No lo se...
¿Cómo podría saberlo?
ni siquiera mis pasos lo adivinan.
Ellos sólo siguen el ritmo de las constelaciones,
las líneas cruzadas de los días,
el palpitar del silencio
y la sombra de la luna llena.

Intento no mirar


**


Cuestión de física


Mi cuerpo, átomos
más pequeño, spines
más pequeño e invisible
dimensiones
¿Cuántas habitaran en mi?
y aun así esperan la convención del yo.


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Superficie sin ruido
agua clara
piedra que llega hasta el fondo
vemos las ondas de la arena


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El cielo se me pego a la piel
no hay espacio para la vida
como Gea abarcada por Urano
guardo Titanes en mi
que no pueden procrear


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"apoyados
estamos en la baranda
sobre el agua del adiós"
                Pedro Salinas



En este muelle el viento arrastra cosquillas del pasado,
bancos, ahora ocupados por otros
en el cuál, él
siempre a la misma hora de la noche, esperaba.
Todo el lugar nos pertenecía amor.
Desde el banco esquinero que adelanta al árbol
la mirada funde el tiempo en las nubes, en el aire
derramando su fuego entre las hojas
de lo que alguna vez fue
medio día luminoso en azul puro,
lo que alguna vez ánimo
dulces visiones juveniles
futuros en blanco.
Nunca muere lo que en la piel latió
impregnada esta la esencia de lo que fue.


**


El corazón chiquito se acurruca en la esquina
a pocos metro de él.
El fuego quema y arde en la sangre
triste y derramada la memoria del ausente.
Imaginar del otro lado
el sonido de maquinas de suero
el murmuro de enfermeras
agujas buscando venas que no encuentran
la tristeza de un hombre que no disfruta de la soledad
mientras que en casa, la silla del comedor
donde todas las noches te sentabas
sigue vacía.
Dejas el eco de tu silla y las novelas que ya no miras.


**


El despertar del primer humano

Abrió los ojos el humano un día, hace miles de años, y vio, y se asombró. Luego como el movimiento ya estaba en su sí, giro su cabeza al lado izquierdo y se asombró. Luego a su lado derecho y se asombró. Luego vio al otro, se movía, no era peligroso, se miraron a los ojos, se acercaron, se reconocieron en tacto. Ver y sentir al otro, era verse y sentirse a sí mismo. Ambos se asombraron.
Quizá el primer humano murió de tanto asombro, sin sombra, en el primer rayo de claridad en la luz de las sorpresas.


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Sobre ritos fúnebres

Ya el humano en convivencia con los otros, día a día dormían y despertaban. Un día uno de ellos no despertó más. Esperaron unos días, otros, más, lo movían de vez en cuando y nada. Hasta que el olor invadió el lugar. No querían abandonarlo a su suerte, pues tenían la esperanza de  que despertaría de nuevo. Entonces abrieron la tierra y lo guardaron dentro con todas sus pertenencias, en espera de su regreso. Y así por los siglos de los siglos.

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y a todo lo que voy viendo
le voy diciendo adiós.
¿Cuánta vida podré salvar?
cicatrices se tejen en mi piel.


**

Escribe como cantando.
Canta como llevándote afuera
al prado, al sol, Aránzazu, montaña adentro.
Cántate para llevarte dentro,
caída profunda en aguas suspendidas
dejar que salga y que salga sin parar
se me queman los oídos y
me arde el paladar
los humanos me pesan
junto a los dedos encalambrados.
Y así es que necesito el momento.
Corriendo por el cuerpo.


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Esta tarde el plato esta frío
y el estomago no digiere la caída del sol.
Se acerca 24 de Diciembre
pero se ha avecinado imperceptiblemente
ha entrado por la ventada
en la punta de sus pies
apenas campanitas
que resuenan en los alumbrados de la calle.


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Tacho los días que se suceden
los días que ya corrieron
uno tras otro
hacia la caída hacia el recuerdo hacia el misterio
hacia el olvido.
A veces los días transcurren invisibles
y cuando el marcador vuelve sobre la hoja
tachando su X definitiva
tiene que trazar más de tres.
¿a qué hora se movió la cuenta?


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